Con aquel suspiro quería gritar al cielo que sus ganas, sus fuerzas, se habían desmoronado. Ese hilo de aire, apenas imperceptible para el resto del mundo -al menos, eso creía ella- suplicaba que alguien le tendiera una mano liberándola de esos fantasmas que la impedían seguir adelante. -¿Te encuentras bien? -preguntó él con voz titubeante sorprendido por su propia iniciativa. Nunca se había atrevido a hablar así, tan directamente, con una desconocida. Pero algo en esa chica hacía que se sintiese atraído como un imán hacia ella. -No -respondió ella con sinceridad. Ambos olvidaron por un momento los libros en los que se hallaban sumergidos hasta ese momento. Él estiró su mano hasta el lado opuesto de la mesa rozando con sus dedos su suave piel. Tenía suerte de que, a esas horas, no quedase nadie en la biblioteca, porque lo único que deseaba en ese momento era acallar los suspiros de aquella chica sellando sus labios con su alien...
Escritora de novela romántica y new adult